Boniatos de Málaga

Cuando Cristóbal Colón llegó a América en 1492, observó que los habitantes locales consumían una gran variedad de alimentos desconocidos para los europeos, entre ellos el boniato. Fascinados por la diversidad de la dieta indígena, los exploradores españoles decidieron llevar consigo estos alimentos exóticos de regreso a Europa.

El boniato fue uno de los primeros cultivos en ser introducidos en Europa desde el Nuevo Mundo. Rápidamente se adaptó a los climas templados del Mediterráneo, incluyendo España, donde encontró suelos fértiles y condiciones ideales para su crecimiento. A lo largo de los siglos, el boniato se integró plenamente en la dieta y las tradiciones culinarias locales, especialmente en regiones como Andalucía y, más concretamente, en la Axarquía de Málaga.

Así, gracias a los viajes de exploración y el intercambio cultural y agrícola que siguió, el boniato se convirtió en un alimento apreciado no solo en Europa, sino en todo el mundo.

Por desgracia nadie pregunta a los indígenas como consiguieron una planta tan especial, así que eso quedará en secreto junto con el dorado.

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Propiedades:

Otro gran superalimento con numerosas propiedades beneficiosas para la salud. Aquí os dejo algunas de las más destacadas:

• Ricos en nutrientes: Los boniatos son una excelente fuente de vitamina A (en forma de betacaroteno), vitamina C, vitamina B6 y manganeso. También contiene una buena cantidad de potasio y fibra.
• Antioxidantes : El alto contenido de antioxidantes, como los betacarotenos y la vitamina C, ayuda a combatir el daño de los radicales libres, protegiendo las células y reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas.
• Beneficios digestivos : La fibra dietética presente en los boniatos favorece la salud digestiva, ayuda a prevenir el estreñimiento y promueve un sistema digestivo saludable.
• Control del azúcar en la sangre : Los boniatos tienen un índice glucémico relativamente bajo, lo que significa que liberan azúcar lentamente en el torrente sanguíneo. Esto puede ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre y prevenir picos de glucosa.
• Energía sostenida : Gracias a su contenido en carbohidratos complejos, los boniatos proporcionan una fuente de energía sostenida y constante, ideal para mantenerte activo durante todo el día.
• Apoyo inmunológico : La vitamina A y la vitamina C son esenciales para el funcionamiento del sistema inmunológico, ayudando a proteger el cuerpo contra infecciones y enfermedades.
• Salud ocular : El betacaroteno y otros antioxidantes en los boniatos son beneficiosos para la salud ocular, ayudando a prevenir problemas de visión relacionados con la edad, como la degeneración macular.
• Propiedades antiinflamatorias : Los boniatos contienen compuestos que pueden ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo, lo cual es beneficioso para personas con condiciones inflamatorias crónicas.

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Y como no puede ser de otra manera, un par de recetas sencillitas :

Boniatos Asados ​​​​con Hierbas

Ingredientes:

• 2 boniatos medianos
• 2 cucharadas de aceite de oliva
• 1 cucharadita de sal
• 1/2 cucharadita de pimienta
• 1 cucharadita de romero seco
• 1 cucharadita de tomillo seco

Instrucciones:

1. Precalienta el horno a 200°C (400°F).
2. Lava bien los boniatos y córtalos en cubos medianos.
3. Coloque los cubos de boniato en una bandeja para horno.
4. Rocía los boniatos con el aceite de oliva y espolvorea la sal, pimienta, romero y tomillo. Mezcla bien para que los boniatos queden cubiertos uniformemente.
5. Hornea durante 25-30 minutos, o hasta que los boniatos estén tiernos y dorados.
6. Sirve como acompañamiento o merienda saludable.

Puré de Boniato y Manzana

Ingredientes:

• 2 boniatos medianos
• 1 manzana grande
• 2 cucharadas de mantequilla
• 1/4 taza de leche (puede ser vegetal)
• Sal y pimienta al gusto

Instrucciones:

1. Pela y corta los boniatos y la manzana en cubos.
2. Hierve los boniatos y la manzana en una olla grande con agua con sal hasta que estén tiernos (aproximadamente 15-20 minutos).
3. Escurre los boniatos y la manzana y colócalos en un bol grande.
4. Agrega la mantequilla y la leche. Utilice un pasapuré o un tenedor para machacar hasta obtener una consistencia suave y cremosa.
5. Sazona con sal y pimienta al gusto.
6. Sirve caliente como guarnición o plato principal.